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Dificultades en la lactancia

¿Demasiada leche materna? Cómo reducir el exceso de leche

Hora de lectura: 6 min.

En ocasiones notarás que produces demasiada leche materna, especialmente durante las primeras semanas de lactancia. Sigue leyendo para saber si realmente tienes un suministro de leche excesivo y qué puedes hacer al respecto.

Mother breastfeeding her baby, highlighting the benefits for both mother and child

La leche materna es increíble, así que tener mucha es algo bueno, ¿verdad? Bueno, no siempre... Algunos bebés tienen problemas con el flujo rápido que suele acompañar a un suministro de leche excesivo. Y las madres con un suministro excesivo a menudo se sienten muy incómodas, con pérdidas de leche frecuentes o constantes, además de que el riesgo de sufrir mastitis de forma recurrente es mayor. 

Afortunadamente, hay una serie de estrategias que pueden serte de ayuda. Pero antes de probar cualquiera de estos métodos, hazte estas dos preguntas clave:

¿Mi producción de leche es realmente excesiva?

Algunos síntomas del suministro excesivo (descritos más abajo) pueden tener otras causas. No es conveniente intentar reducir el suministro de leche hasta que estés segura de que el problema principal es un suministro excesivo. De lo contrario, podrías acabar con un suministro de leche insuficiente para tu bebé, especialmente en ese primer mes fundamental en el que estás intentando establecer tu suministro.

¿El suministro excesivo es un problema para mí o para mi bebé?

Si no estás segura de si tienes un suministro excesivo de leche materna, pero tú y tu bebé estáis bien, no hace falta que hagas nada. En la mayoría de los casos, la situación se estabiliza después de los primeros meses. Y a medida que tu bebé vaya creciendo, se irá acostumbrando a un flujo rápido, ¡y puede que hasta le guste!

Tener pérdidas no siempre significa un exceso de leche materna

Durante las primeras cuatro a seis semanas tras el nacimiento de tu bebé, tus niveles de prolactina, la hormona encargada de la producción de leche, aumentarán cada vez que salga leche de tus pechos. En estas primeras semanas, los pechos están aprendiendo cuánta leche materna necesita tu bebé y cuánto debe producir cada hora. Como resultado, es habitual y normal que se produzcan pérdidas excesivas y que los pechos se llenen rápidamente, o incluso que salgan chorros durante la eyección de la leche.1

Al mismo tiempo, tu recién nacido también está aprendiendo a coordinar el modo en que succiona y deglute, por lo que también se puede esperar algo de tos y farfulleo cuando le des el pecho.

Tras este periodo de entre cuatro y seis semanas, los picos de prolactina irán disminuyendo gradualmente y tu producción de leche empezará a seguir un patrón de «oferta y demanda» más normal, basado en las necesidades de tu bebé.2 Aunque con tantos cambios hormonales produciéndose en tu cuerpo, no resulta sorprendente que se requiera un tiempo de ajuste. Algunas madres ven que su suministro de leche se estabiliza rápidamente, mientras que otras tardan un poco más.

Signos de un suministro excesivo de leche materna en tu bebé

Un suministro de leche excesivo parece que está asociado con un flujo rápido, especialmente durante la primera eyección de la leche. Tu bebé puede responder tosiendo y farfullando al inicio de una toma, agarrándose o mordiendo, o sujetando el pecho con la boca sin apenas apretar. Puede que se aleje del pecho si el flujo rápido le sorprende y que empiece a llorar al ver que su toma se ha interrumpido. Probablemente tomará grandes cantidades de leche, así como mucho aire, y puede que escupa mucho y necesite eructar con frecuencia. Sé lo más suave posible si le haces eructar: unos movimientos bruscos combinados con un estómago que se ha llenado de un modo muy rápido pueden provocar vómitos y molestias a algunos bebés.

Al inicio de la toma, la leche tiene un contenido de grasa relativamente bajo y está compuesta principalmente por lactosa (azúcar) y proteína. A medida que va avanzando la toma y tu pecho se vacía, el contenido de grasa de la leche va aumentando gradualmente. En casos de suministro excesivo, puede que tu bebé se quede saciado antes de haber vaciado totalmente el pecho. Esto significa que está recibiendo una gran cantidad de leche materna rica en lactosa, pero no demasiada leche con un alto contenido de grasa, que aparece al final de las tomas. Un exceso de lactosa, en lugar de una comida equilibrada, puede ser difícil de digerir para los bebés, provocando heces explosivas, espumosas y verdes.

Lo paradójico de esta situación es que tu bebé querrá alimentarse constantemente y estará intranquilo entre las tomas: a pesar de que está tomando muchas calorías, el bajo contenido de grasa de la leche evita que se sienta totalmente saciado. Esto se produce porque la grasa de los alimentos es lo que nos hace sentirnos llenos. Piensa en la diferencia entre comer docenas de tortitas de arroz y comer algo de queso y galletas; el queso te hará sentirte más saciada porque tiene un mayor contenido de grasa.

No obstante, todos los síntomas anteriores pueden tener otras causas, como reflujo, alergias o incluso un suministro de leche reducido. Solo será probable que el suministro excesivo de leche materna sea la causa si se combina con un aumento de peso excesivo. Lo normal es que los bebés ganen aproximadamente 900 g de peso cada mes, pero si se produce un suministro excesivo, el aumento de peso puede ser mucho mayor, a menudo hasta el doble.1 Si parece que tu bebé tiene síntomas de un suministro excesivo pero está ganando un peso normal, consulta a un especialista o consultora de lactancia.

Síntomas de suministro excesivo que puedes experimentar

Las madres con un exceso de leche materna a menudo experimentan incómodas sensaciones de congestión y tensión, y de sentirse constantemente llenas.3 Como hemos visto, las pérdidas de leche materna son normales durante las primeras seis semanas, por lo que no suelen ser un signo de suministro excesivo. Pero si te sigues sintiendo empapada cada vez que tu bebé se alimenta después de este periodo, puede que haya un problema.

Dado que un bebé no siempre puede vaciar un pecho muy lleno, también es habitual sufrir obstrucciones en los conductos o episodios repetidos de mastitis como resultado de un suministro excesivo. No obstante, estos problemas también pueden tener otras causas.

Cómo reducir el suministro de leche

Si tienes claro que tienes demasiada leche materna y esto supone un problema, te ofrecemos unos cuantos consejos que pueden servirte de ayuda. Para algunas madres, estas medidas serán suficientes:

  • Intenta dar el pecho acostada. Dar el pecho en una posición reclinada, o tumbada, puede resultar útil, ya que da a tu bebé un mayor control. Puede marcar el ritmo y levantar la cabeza para hacer una pausa si tu flujo es demasiado rápido para él. ¡Recuerda colocar una toalla por debajo para recoger cualquier leche derramada!
  • Reduce la presión. Si sientes una gran incomodidad en los pechos, puedes realizar una extracción manual o extraer un poco de leche para aliviar la presión. Intenta extraer la menor cantidad de leche posible. Cada vez que sacas leche, envías a tus pechos un mensaje para que produzcan más. Por ese motivo, aunque extraer leche puede suponer un alivio momentáneo, a largo plazo puede hacer que el problema empeore. Si necesitas extraer y guardar leche para cuando no estés con tu bebé, lo mejor es que esperes hasta que hayas resuelto el problema del suministro excesivo.
  • Prueba los discos absorbentes. Si tienes pérdidas de leche, colocar discos absorbentes o copas para recoger la leche dentro del sujetador puede ayudarte a mantenerte seca. Si tu pérdida de leche es leve o moderada, o si durante el embarazo pierdes algunas gotas de leche, los discos desechables te ayudarán a sentirtre segura de forma discreta.   
  • Evita el consumo de infusiones y suplementos para la lactancia. Si has estado bebiendo infusiones para la producción de leche, si has comido galletas de lactancia o has tomado suplementos herbales para estimular la producción de leche materna durante los primeros días, deja de hacerlo. Estos productos pueden ser ahora parte del problema.

Alimentación a intervalos para reducir el suministro de leche

Si has probado lo anterior y tú o tu bebé seguís teniendo problemas, existe una técnica llamada alimentación a intervalos que podría ajustar tu suministro a niveles más controlables. No obstante, antes de probar este método, acude a un especialista o consultora de lactancia.

Con la alimentación a intervalos, das el pecho a tu bebé cuando él quiera durante un periodo de cuatro horas, pero solo de un pecho. El otro pecho se llenará al máximo de leche. Dado que tu leche materna contiene un elemento denominado «inhibidor de la lactancia por retroalimentación» (FIL), el llenado excesivo indicará a ese pecho que debe ralentizar la producción de leche. Es la forma que tiene tu cuerpo de asegurarse de que los pechos no se llenen de forma continua.

Prueba esta técnica durante 24 horas, cambiando de pecho cada cuatro horas. Si no observas ninguna mejora, puedes aumentar la duración de los intervalos a seis horas.

Técnica de vaciado completo y alimentación a intervalos

Si sigues sin observar ninguna mejora después de otras 24 horas, hay otra versión de esta técnica que puede resultar adecuada para las madres con un suministro excesivo extremo, que recibe el nombre de «vaciado completo y alimentación a intervalos».3

Con este método, utilizas un extractor de leche eléctrico para vaciar por completo los pechos al inicio del día y das el pecho a tu bebé inmediatamente después. El flujo será más lento, lo que significa que tu bebé debería ser capaz de asimilarlo mejor. También obtendrá más leche con un contenido de grasa superior al final de la toma, con lo que se sentirá más satisfecho.

Puedes iniciar la alimentación a intervalos durante cuatro horas cada vez, igual que con el método anterior. Si no resulta eficaz, cambia a intervalos de seis, ocho o doce horas al día siguiente, dependiendo de la gravedad del problema de suministro excesivo. Habla con un profesional sanitario antes de probar esta técnica.

Puede que no necesites vaciar los pechos totalmente después de utilizar esta técnica por primera vez, aunque algunas madres necesitan llevarla a cabo una o dos veces más. Algunas madres notan una mejora en un plazo de uno o dos días, o un poco más, pero la alimentación a intervalos no se debe mantener durante más de cinco días.

Bibliografía

1. Morbacher N. Breastfeeding answers made simple. Amarillo TX, USA: Hale Publishing; 2010.

2. Cox DB et al. Blood and milk prolactin and the rate of milk synthesis in women. Exp Physiol. 1996;81(6):1007-1020.

3. van Veldhuizen-Staas CG. Overabundant milk supply: an alternative way to intervene by full drainage and block feeding. Int Breastfeed J. 2007;2(1):11.

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