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El poder de la leche materna

Leche materna vs leche de fórmula: ¿en qué se parecen y en qué se diferencian?

Hora de lectura: 6 min.

A la hora de elegir cómo alimentar a tu bebé, saber qué contiene la leche materna o la leche de fórmula, la diferencia en coste y el impacto que tienen en la salud y el sueño, puede ayudarte a tomar una decisión informada.

Empecemos comparando la leche materna con la leche de fórmula. Hay algunos aspectos en los que la leche de fórmula es similar a la leche materna: ambas proporcionan energía, hidratación y nutrientes, de modo que tu bebé crecerá tome la leche que tome.

No obstante, a pesar de los avances en la formulación y elaboración de la leche en polvo para bebés, no ofrece ni de lejos los beneficios para la salud que sí aporta tu leche materna. La leche materna ha evolucionado durante millones de años para ser el alimento perfecto para los seres humanos cuando son bebés. Es mucho más compleja que la leche del resto de animales y permite desarrollar cerebros más complejos y sistemas digestivos e inmunitarios únicos.

Por el contrario, la leche de vaca, a partir de la cual se elaboran la mayoría de las leyes de fórmula, está adaptada a las necesidades específicas de los terneros. No es segura para su consumo por parte de los bebés humanos, por lo que debe someterse a un procesamiento intenso para elaborar la leche de fórmula para bebés.

«¿Sabías que el contenido de sal [sodio] de la leche de vaca se encuentra en niveles prácticamente tóxicos para los bebés?», afirma el profesor Peter Hartmann, un reconocido especialista en lactancia y producción de leche de la Universidad de Australia Occidental.

«De hecho, a principios de la década de los 80 del siglo pasado, se demostró que la leche de vaca era tóxica para los animales de laboratorio, como los conejos o las ratas. Actualmente, si un compuesto es tóxico en un animal de laboratorio, no se utiliza en estudios de fármacos. Por lo tanto, según los estándares actuales, no sería posible elaborar leche de fórmula. En cambio, la leche materna tiene concentraciones muy bajas de sodio».{1}

¿Qué contiene la leche materna?

Desde el calostro que recubre y sella el revestimiento del estómago de tu recién nacido hasta la leche madura que ayuda a tu bebé a crecer fuerte, cada gota de tu leche materna contiene miles de componentes beneficiosos, como por ejemplo:

  • anticuerpos que ofrecen protección contra las enfermedades{2}
  • hormonas que fomentan el establecimiento de vínculos y regulan el apetito{3}
  • citoblastos que ayudan al desarrollo y reparación de los órganos{4}
  • glóbulos blancos que luchan contra las infecciones{5}
  • bacterias beneficiosas que protegen el sistema digestivo del bebé{6}
  • prebióticos, llamados oligosacáridos, que ayudan a mantener un intestino sano{7}
  • ácidos grasos de cadena larga que contribuyen al desarrollo del cerebro, el sistema nervioso y los ojos del bebé{8,9}
  • enzimas que ayudan a sus sistemas digestivo e inmunitario{2}
  • nucleótidos y hormonas que ayudan a desarrollar patrones de sueño-vigilia saludables{10}

Uno de los beneficios de la leche materna en comparación con la leche de fórmula es que es un fluido vivo. Se adapta a las circunstancias cambiantes de tu bebé. Por eso, si tu bebé se pone enfermo, tu cuerpo produce más glóbulos blancos y anticuerpos que viajan en tu leche y ayudan a luchar contra las infecciones.{5}

«Las propiedades protectoras de la leche materna son fundamentales y exclusivas en la evolución de la lactancia», explica el profesor Hartmann. «Pero aún no tenemos datos suficientes para comprender en su totalidad todos los elementos protectores y su función, ya que la leche materna es extraordinariamente compleja.

»Fijémonos en los oligosacáridos: hay más de 200.{11} Son el tercer componente más abundante de la leche materna y, sin embargo, no sabemos mucho acerca de su función. Posiblemente tengan estructuras muy complejas porque eso aumenta su afinidad con proteínas concretas, y cuando el oligosacárido y la proteína se unen, tienen efectos biológicos.

»Si no sabemos mucho del tema, no deberíamos tomárnoslo a broma. La leche materna es lo normal». Obtén más información acerca de la leche materna en ¿Qué contiene tu leche materna?

¿Qué contiene la leche de fórmula?

Los ingredientes varían en función de la marca y el país, pero la leche de fórmula para bebés habitual se elabora con leche de vaca desnatada y procesada, con emulsionantes y estabilizadores añadidos para ayudar a mezclar los aceites y el agua al preparar la toma. También puede contener:

  • lactosa (un azúcar natural que se encuentra en la leche) y otros azúcares, como sirope de maíz, fructosa o maltodextrina
  • aceites vegetales, como aceite de palma, colza, coco, girasol y soja
  • ácidos grasos, normalmente procedentes del aceite de pescado
  • vitaminas y minerales de origen vegetal y animal
  • un par de enzimas y aminoácidos
  • probióticos (en algunas leches de fórmula)

Nota: algunos tipos de leche de fórmula, como la leche de cabra, las leches hipoalergénicas y la leche de fórmula de soja, pueden tener una combinación diferente de ingredientes.

«Los científicos han demostrado que hay más de 1000 proteínas en la leche materna,{12} mientras que las mejores empresas de leche de fórmula intentan aumentar solo una o dos de ellas», explica el profesor Hartmann. «Además, solo han sido capaces de sintetizar algunos de los muchos oligosacáridos que se encuentran en la leche materna. ¡Copiar un par de proteínas y oligosacáridos no va a proporcionarte leche materna!

»En lo que respecta a la leche de vaca, es necesario añadir un número excesivo de proteínas para alcanzar el nivel de aminoácidos que necesita el bebé», continúa. «Pero ese exceso de proteínas se metaboliza y descompone en componentes que pueden convertirse en grasa.

»Ese es uno de los problemas de la leche de fórmula: a los bebés les va demasiado bien con ella. Los padres suelen pensar que lo están haciendo bien porque crecen sin parar, pero en realidad puede que esto no sea bueno para la salud a largo plazo de los bebés alimentados con leche de fórmula.{13} Las empresas de leche de fórmula están intentando ahora reducir los niveles de proteínas en su leche para evitar que los niños engorden en exceso».

Leche materna vs leche de fórmula: beneficios para la salud

Observa el contexto general a la hora de decidir si debes dar a tu bebé leche materna o leche de fórmula. La leche materna no es solo un alimento. Tiene una función protectora importante, reduce las probabilidades de que tu bebé sufra diarrea, gastroenteritis, infecciones de oído, gripes, resfriados y candidiasis,{14-16} y reduce a la mitad el riesgo de que sufra el síndrome de muerte súbita del lactante (SMSL).{17}

Tal vez hayas oído decir que dar el pecho a tu bebé mejora sus probabilidades de que le vaya bien en los estudios,{18} pero ¿sabías que también está asociado a un mejor comportamiento,{19} vista{20} y alineación de los dientes?{21} Tu bebé amamantado también tiene menos riesgo de ser obeso y las probabilidades de que padezca diabetes de tipo 1 y 2,{22,23} y algunos tipos de cáncer{24,25} serán inferiores. Obtén más información acerca de los beneficios de la lactancia para los bebés. [ENLACE Beneficios para el bebé]

La lactancia también permite quemar hasta 500 calorías al día,{26} lo cual puede ayudarte a perder peso de un modo más rápido tras el parto. Y cuanto más tiempo mantengas la lactancia, menor será el riesgo de que desarrolles cáncer de mama,{27} útero{28} y ovarios,{29} enfermedades cardíacas{30} y diabetes de tipo 2.{22} Obtén más información acerca de los beneficios de la lactancia para las madres.

Leche materna vs leche de fórmula: ventajas prácticas

La lactancia suele ser más económica. Se estima que las familias que utilizan la lactancia de forma exclusiva ahorran entre 1200 y 1500 USD durante el primer año de vida del bebé.{31}

Y aunque puede que la lactancia no haga que tu bebé deje de despertarse por la noche, te permitirá ahorrar tiempo durante las tomas y os ayudará a que volváis a dormir más rápido, con lo que conseguiréis entre 40 y 45 minutos de descanso extra cada noche.{32}

De hecho, la lactancia te permite ahorrar más tiempo en general, ya que no tienes que preocuparte de lavar, desinfectar, hervir agua y preparar biberones con leche de fórmula: tu leche está siempre lista y a la temperatura adecuada.

Además, los alimentos que tomes darán sabor a tu leche, por lo que tu bebé experimentará nuevos sabores con cada toma, y podrá disfrutar de una mayor variedad de alimentos cuando empieces a introducir los sólidos.{33} La lactancia puede incluso fomentar una alimentación más saludable, ya que los estudios han demostrado que los bebés amamantados de madres que toman frutas y verduras de forma regular disfrutan más de estos alimentos que los bebés no amamantados.{34} Por su parte, la leche de fórmula siempre sabe igual, y aunque utilices marcas diferentes, no es posible recrear los complejos sabores de tu leche.

Por último, ¿has tenido en cuenta los beneficios medioambientales de la leche materna? Sin ganadería intensiva, emisiones de fábricas, transporte ni embalajes, la lactancia es lo mejor tanto para el planeta como para ti y tu bebé.

Para obtener más información acerca de lo que contiene la leche materna, lee nuestro ebook gratuito La increíble ciencia de la leche materna.

Bibliografía

1 Cribb VL et al. Contribution of inappropriate complementary foods to the salt intake of 8-month-old infants. Eur J Clin Nutr. 2012;66(1):104.

2 Lönnerdal B. Nutritional and physiologic significance of human milk proteins. Am J Clin Nutr. 2003;77(6):1537S-1543S.

3 Savino F et al. Breast milk hormones and their protective effect on obesity. Int J Pediatr Endocrinol. 2009;2009:327505.

4 Hassiotou F, Hartmann PE. At the Dawn of a New Discovery: The Potential of Breast Milk Stem Cells. Adv Nutr. 2014;5(6):770-778.

5 Hassiotou F et al. Maternal and infant infections stimulate a rapid leukocyte response in breastmilk. Clin Transl Immunology. 2013;2(4):e3.

6 Pannaraj PS et al. Association Between Breast Milk Bacterial Communities and Establishment and Development of the Infant Gut Microbiome. JAMA Pediatr. 2017;171(7):647-654.

7 Bode L. Human milk oligosaccharides: every baby needs a sugar mama. Glycobiology. 2012;22(9):1147-1162.

8 Deoni SC et al. Breastfeeding and early white matter development: A cross-sectional study. Neuroimage. 2013;82:77-86.

9 Birch E et al. Breast-feeding and optimal visual development. J Pediatr Ophthalmol Strabismus. 1993;30(1):33-38.

10 Sánchez CL et al. The possible role of human milk nucleotides as sleep inducers. NutrNeurosci. 2009;12(1):2-8.

11 Moukarzel S, Bode L. Human Milk Oligosaccharides and the Preterm Infant: A Journey in Sickness and in Health. Clin Perinatol. 2017;44(1):193-207.

12 Beck KL et al. Comparative Proteomics of Human and Macaque Milk Reveals Species-Specific Nutrition during Postnatal Development. J Proteome Res. 2015;14(5):2143-2157.

13 Michaelsen KF, Greer FR. Protein needs early in life and long-term health. Am J Clin Nutr. 2014;99(3):718S-722S.

14 Howie PW et al. Positive effect of breastfeeding against infection. BMJ.1990;300(6716):11-16.

15 Duijts L et al. Prolonged and exclusive breastfeeding reduces the risk of infectious diseases in infancy. Pediatrics, 2010;126(1):e18-25.

16 Ladomenou F et al. Protective effect of exclusive breastfeeding against infections during infancy: a prospective study. Arch Dis Child. 2010;95(12):1004-1008.

17 Vennemann MM et al. Does breastfeeding reduce the risk of sudden infant death syndrome?. Pediatrics. 2009;123(3):e406-e410.

18 Straub N et al. Economic impact of breast-feeding-associated improvements of childhood cognitive development, based on data from the ALSPAC. Br J Nutr. 2016;1-6.

19 Heikkilä K et al. Breast feeding and child behaviour in the Millennium Cohort Study. Arch Dis Child. 2011;96(7):635-642.

20 Singhal A et al. Infant nutrition and stereoacuity at age 4–6 y. Am J Clin Nutr, 2007;85(1):152-159.

21 Peres KG et al. Effect of breastfeeding on malocclusions: a systematic review and meta‐analysis. Acta Paediatr. 2015;104(467):54-61.

22 Horta B et al. Long‐term consequences of breastfeeding on cholesterol, obesity, systolic blood pressure and type 2 diabetes: a systematic review and meta‐analysis. Acta Paediatr. 2015;104(467):30-37.

23 Lund-Blix NA. Infant feeding in relation to islet autoimmunity and type 1 diabetes in genetically susceptible children: the MIDIA Study. Diabetes Care. 2015;38(2):257-263.

24 Amitay EL, Keinan-Boker L. Breastfeeding and Childhood Leukemia Incidence: A Meta-analysis and Systematic Review. JAMA Pediatr. 2015;169(6):e151025

25 Bener A et al. Does prolonged breastfeeding reduce the risk for childhood leukemia and lymphomas? Minerva Pediatr. 2008;60(2):155-161.

26 Dewey KG. Energy and protein requirements during lactation. Annu Rev Nutr. 1997;17:19-36.

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28 Jordan SJ et al. Breastfeeding and Endometrial Cancer Risk: An Analysis From the Epidemiology of Endometrial Cancer Consortium. Obstet Gynecol. 2017;129(6):1059-1067.

29 Li DP et al. Breastfeeding and ovarian cancer risk: a systematic review and meta-analysis of 40 epidemiological studies. Asian Pac J Cancer Prev. 2014;15(12):4829-4837.

30 Peters SAE et al. Breastfeeding and the Risk of Maternal Cardiovascular Disease: A Prospective Study of 300 000 Chinese Women. J Am Heart Assoc. 2017;6(6).

31 U.S. Department of Health & Human Services [Internet]. Surgeon General Breastfeeding factsheet; 2011 Jan 20 [cited 2018 Apr 04].

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33 Menella JA et al. Prenatal and postnatal flavor learning by human infants. Pediatrics. 2001;107(6):E88.

34 Forestell CA, Mennella JA. Early determinants of fruit and vegetable acceptance. Pediatrics. 2007;120(6):1247-1254.